Nosotros creamos las fronteras, las hicimos grandes. Nos empeñamos en separar todo aquello que se unía, no descansamos hasta que no habíamos separado lo imposible.
Entre ello a nosotros.
Caminamos por la calle sin levantar la vista del suelo, sin darnos cuenta de que hay música esperando a que bailemos.
A veces, para avanzar hay que pararse y para encontrar el camino que nos une hay que salirse de lo establecido y quizás sonreírnos sea el primer paso; invitarnos a un café, o invitarnos a una vida nueva.
Podemos quemar todos los relojes que existen, destruir las fronteras, acabar con los ``somos diferentes´´ y pensar por una vez que lo lógico no nos interesa. Podemos dedicarnos a explorarnos como si nunca hubiésemos recorrido nuestros cuerpos, rasgarnos la piel y llegar a la última capa, allí donde empieza a rozar el corazón.
Viajemos por todo el mundo sin salir de casa.
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Sonrisa.