Hoy es Viernes, no es un Viernes más o quizás si, pero es un Viernes especial, lo sé. Nada más despertarme, he sonreido, sin motivo o quizás es que tengo demasiados para hacerlo y las sonrisas ya deben caer por sí solas. He estado mucho, muchísimo tiempo ocultada en la penumbra, debajo de un árbol esperando que dejara de llover, y hoy el sol ha salido, y saldrá todos los días de mi vida, aunque haya tormenta, relampagos, truenos o lluvia, mi sol saldrá y yo con él. Se acabaron las noches de espera, las lágrimas perdidas, las amarguras del destino, yo decido por mi, y nadie más.
Las únicas lágrimas que caeran, serán de felicidad, de las provocadas, de las de sentimientos alegres y finales felices, las únicas. Derramaré sonrisas por doquier, sin importar donde o con quien, todo el mundo se merece una sonrisa diaria. Los arcoiris me vestirán cada mañana, el sol me alumbrara y dejará que mi piel se dore, como el otoño. Querido otoño, no te hagas de esperar, me gustas. Y mientras que el Invierno no llega y el Otoño viene de camino, yo avanzo, bailando y sobre todo, con ganas.
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Sonrisa.