Lo que fuimos y lo que somos.

Sí, nervios, algo que nunca llegaba, cansancio, horas, ganas de llegar, ya estamos, este sitio llama a la tranquilidad, paisajes, bosques, árboles que parece que nos comen, verde y marrón, verde de tonos los grados, más intenso, menos, pero verde... verde es tranquilidad, y es que ahora mismo mi vida se encuentra en un punto de tranquilidad, como si hubiese estado muchisimo tiempo intentado aguantar el equilibro en una cuerda y por fin hubiese llegado al final y pudiese descansar, como si solo hubiese que centrarse en respirar bien y en no ahogarse... ahora mismo me encuentro ahí, justo donde se descansa y justo cuando todo sobra.
Bueno no todo sobra, hay muchas cosas que me quedo conmigo, porque me han acompañado a lo largo de toda la cuerda y no me han abandonado ni un solo instante, es momento de dejar de mirar el suelo y de empezar a mirar lo maravilloso que es el color azul del cielo o lo bonitos que son los pajaros que a veces no podemos ver, por estar cegados por el sol... quizás estemos en un punto donde ya no hay puntos, sino comas, que van escribiendo cada vez una historia diferente, aunque ahora, me centro en esta, en la historia de mi vida, en esta historia que solo es capaz de llamar a la alegría de despertarse todos los días con una ilusión por delante, que la histeria no nos desmorone. Es hora de rozar la libertar con toda la palma de la mano, es hora de hacerla nuestra.

El cielo ya es nuestro.