Te esmeras, te esmeras en planificar como será tu vestido, cómo te maquillaras, hasta planificas la forma en la que lo vas a mirar, acto seguido llevando a cabo la teoría te sientes inútil, te sientes fuera de lugar, ese no es tu sitio, antes puede que si lo fuese porque tu eras parte de él, ya no lo eres y no puedes pretender seguir ocupando el mismo espacio tanto en su corazón como en su vida, y es entonces cuando te cuesta mucho mirar al frente, y no ver el color chocolate de sus ojos, y no recibir ni un solo abrazo o un simple gesto por haberte esmerado en intentar que todo vaya bien. Y no vas a seguir cuidandolo, no vas a hacerle más amenos los resfriados con chocolates calientes, ni vas a interferir, dejar que el viva, ya que tu no has conseguido que lo haga contigo. Y es entonces cuando las mariposas en tu estomago, se vuelven como abejas que atacan, te duele y sientes que te asfixia...
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Sonrisa.